Sea el desierto más árido, la ciudad más austral, la más antigua reserva de árboles o una de las piscinas más grandes del mundo, no hay duda de que este país tiene una enorme variedad que ofrecer a sus visitantes. Desde el famoso Parque Nacional Torres del Paine en el sur del país a las pintorescas iglesias de madera de la isla de Chiloé, de las cuales algunas fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2000, y a la vívida capital, Santiago, hasta el desierto de Atacama, en el norte del país. Todo el mundo encontrará aquí su lugar preferido.
Especialmente para los inmigrantes, Chile tiene muchos atractivos evidentes. Chile es un país relativamente poco poblado. Según una estimación del año 2020, más de 19 millones de personas viven en una superficie total de 756.102 km2, lo que significa que hay unos 25 habitantes por kilómetro cuadrado. Las estadísticas de 2002 revelan que el 86,59% de ellos viven en ciudades, con una urbanización aún más pronunciada en las regiones climáticamente extremas del país.
El nivel de vida probablemente no es comparable al de los países europeos, pero en comparación con el de otros países sudamericanos, es muy alto. Los emigrantes, que consideran más la calidad de vida que el lujo, y que dan gran prioridad a su libertad personal, sin duda se sentirán muy cómodos en este país amable, solidario y de mentalidad abierta, en el cual el tiempo pasa con menos prisa.
En comparación con otros países, la política de inmigración de Chile lo hace atractivo a primera vista. Por ejemplo, no se exige el conocimiento del idioma español ni un certificado de salud. Sin embargo, analizando el tema más profundamente, se vuelve algo más complejo. A más tardar en el momento de solicitar un visado y de entregar los documentos correspondientes, es evidente para todos que la burocracia chilena no es tan fácil de manejar. Aunque crea que ha hecho un buen trabajo hasta este momento, se encontrará con una sorpresa desagradable si estos documentos no cumplen con el estándar requerido de alguna manera. Sólo quedan cinco días para corregir el error. Un plazo casi imposible de cumplir.
Un nuevo país de residencia siempre está asociado con grandes desafíos, pero al mismo tiempo es sin duda un elemento que enriquece la vida.
Para todos los jóvenes que se deciden a estudiar en una universidad chilena, Chile ofrece un amplio espectro de posibles carreras. Una estancia así es de todas maneras una experiencia beneficiosa. Dejará su impresión, ya sea que la prioridad es ampliar el horizonte de su conocimiento, avanzar en su educación en un idioma diferente o conocer una cultura extranjera y nuevos amigos.
El ingreso a la vida laboral chilena exigirá algunos cambios por parte del inmigrante. Sin embargo, una vez se ha superado la barrera lingüística inicial, se abren nuevos horizontes gracias a la cooperación con los nuevos colegas. El intercambio de experiencias muy diferentes siempre puede ser una ganancia para ambas partes.
Chile ofrece una amplia variedad de oportunidades, especialmente para el lanzamiento de nuevas empresas. El mercado aún no está sobresaturado en muchos sectores y, en consecuencia, las carencias del mercado dejan mucho espacio para ampliar las ofertas de productos existentes, presentar servicios que aún no existen o realizar innovaciones propias.
Por otra parte, para las personas que quieren pasar su jubilación en Chile, el país ofrece beneficios que el país de origen en muchos casos no puede ofrecer de esta forma. El costo de la vida es más bajo, la atención médica está siempre garantizada a través del sistema de seguro de salud público o privado, y todavía se puede conseguir personal como ayuda doméstica o para el cuidado personal.
Tanto para los jóvenes como para los más mayores, Chile es un país atractivo para la emigración que permitirá a muchos realizar el sueño de su vida.
Dra. D. Woll